Socios de Dios A traves de la oracion



¿Cómo se sentiría si la persona más rica y exitosa en su campo de trabajo le pidiera que fuera su socio? Podría preguntarse por qué lo eligió, o quizás pensar en algo que pudiera aportar al negocio. Lo más probable es que se sienta honrado ante tal pedido y lo acepte sin titubeos, sobre todo si está convencido de su genuino interés y preocupación por usted.

El hecho es que Dios nos ha pedido que seamos socios suyos. Como nuestro Padre celestial, le ha pedido que ingrese en su empresa familiar. Su solicitud no se basa en algo que usted pueda hacer, sino más bien en la persona que Él lo ha destinado a ser. Él lo ha creado para ser su hijo y lo ha llamado a ser su embajador en la tierra. El gran valor que otorga a esta relación se debe a su amor por usted.
Comenzar a orar nos llevará al creciente privilegio de la oración intercesora.
La intercesión nos conduce al corazón mismo de nuestra más poderosa posibilidad como «socios de Dios».

Hayford, Jack; Autor: Hayford, Mark, La guerra del reino: La oración, la guerra espiritual y el ministerio de los ángeles, (Nashville, TN: Editorial Caribe) 1995.

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